martes, 19 de abril de 2016

Protágoras de Abdera

Protágoras de Abdera

(Abdera, actual Grecia, 480 a. C.-id., 410 a. C.) Filósofo griego. Fue el primero en adoptar el calificativo de sofista y el precursor de la profesionalización de la enseñanza retórica. En su ciudad natal fue al parecer discípulo de Demócrito. Recorrió a lo largo de cuarenta años gran parte de las islas del Mediterráneo y parece ser que en el 445 a.C. se estableció en Atenas, donde alcanzó una gran reputación.
Amigo de Pericles, al parecer murió ahogado durante un viaje a Sicilia, cuando huía de las acusaciones de impiedad de las que fue objeto en la ciudad de Atenas a la muerte de aquél (416 a.C.). Protágoras había afirmado en uno de sus escritos que "Sobre los dioses no puedo saber si existen o no; hay muchas dificultades para saberlo con seguridad; el asunto es oscuro y la vida corta".
De sus obras más importantes, Verdad y Sobre los dioses, se conservan sólo algunos fragmentos. La doctrina de Protágoras ha sido interpretada, desde Platón(quien le dedicó un diálogo, titulado Protágoras), como un relativismo que se expresaría en la célebre máxima de que "el hombre es la medida de todas las cosas". Afirmaba que de los objetos conocemos no lo que son, sino lo que nos parecen (no la esencia sino la apariencia), al tiempo que defendía el carácter convencional de las normas morales.

lunes, 11 de abril de 2016

Biografía de Giorgias

(Leontini, c. 487 - Larisa, c. 380 a.J.C.) Filósofo griego. La vida de Gorgias, nacido hacia 487 a.C. en Lentini, Sicilia (vivió 108 años en perfecta salud física), estuvo marcada por fuertes alternancias de éxitos y fracasos: viajó por toda Grecia ejercitando con gran éxito el arte retórico, acumuló una ingente fortuna económica y dirigió la formación de numerosos seguidores. Lo acompañó una merecida fama de dialéctico capaz de desarrollar razonamientos aplastantes para sostener opiniones muy alejadas del buen sentido y de los comunes valores; por ejemplo, que nada existe, su tesis más célebre, o bien que Elena, la adúltera responsable de la guerra de Troya, no fue culpable.
Gorgias fue el más admirado maestro de retórica de la antigua sofística. Los sofistas, literalmente los sabios, es el nombre que recibió un grupo de intelectuales que en la Atenas de mediados del siglo V empezó a hacer del saber una profesión impartiendo, con gran escándalo de los filósofos, lecciones de retórica y elocuencia a los jóvenes de la clase dirigente que pretendían dedicarse a la carrera política. Dado que la prestación de servicios pagados estaba mal considerada por los ciudadanos atenienses de buena condición social, los sofistas fueron tratados con desprecio por la élite intelectual.
El relativismo cognoscitivo sostenido por los sofistas, según el cual no hay ninguna verdad absoluta sino sólo un enfrentamiento entre opiniones diversas, acabó por conceder una importancia extraordinaria a la retórica, el arte del discurso y de la persuasión, la capacidad de vencer en la polémica más allá de la intrínseca bondad de las propias razones. No hay que infravalorar la importancia del movimiento sofista en la historia del pensamiento: fueron ellos los primeros en situar los problemas del hombre en el centro de la reflexión filosófica, anticipando la inminente revolución socrática.
Los rasgos característicos de la figura de Gorgias que nos han sido transmitidos por los testimonios clásicos se encuentran admirablemente fundidos en el diálogo platónico que se titula justamente con su nombre. En GorgiasPlatón nos presenta al viejo retórico que, en la cumbre de la fama y de la gloria, se jacta con solemnidad y suficiencia de su habilidad como improvisador y exalta el poder maravilloso de la palabra, pero se niega a admitir que el justo pueda echar de menos el conocimiento de la retórica. Son después sus discípulos Polo y, sobre todo, Calicles, quienes, discutiendo con Sócrates, desarrollan con estricta lógica el indiferentismo moral implícito en la posición de Gorgias.
El prestigio de Gorgias como padre de la retórica se basaba en el hecho de que fue el primer teorizador de las reglas del buen escritor que fue oído y seguido. Su fama llegó al máximo cuando, enviado como embajador a Atenas por sus conciudadanos, para solicitar ayuda contra Siracusa, conquistó a los habitantes de la capital cultural de la Hélade, apasionados por sus bellos discursos, con su palabra elocuente y persuasiva. Consiguió reunir tal fortuna con su enseñanza que se hizo levantar en Delfos una estatua de oro macizo.
Como orador debe considerársele fundador de la oratoria llamada "epidíctica". Los discursos que nos han sido conservados son: un Epitafio, un Olímpico, un Pítico, unElogio de los eleáticos, todos ellos en fragmentos. Nos queda, en cambio, el texto integro de los ejercicios sofísticos, el Elogio de Elena y la Apología de Palamedes. En ellos, Gorgias hace ostentación de su habilidad dialéctica. Respecto a la traición conyugal de Elena, que desencadenó la guerra de Troya, Gorgias demuestra con una fuerte vena de ironía la no culpabilidad de la imputada, argumentando que la mujer fue raptada contra su voluntad pero no con violencia, sino a través del poder ejercido sobre ella por las palabras de su seductor. La influencia de Gorgias sobre sus continuadores casi no tiene igual en la prosa antigua. Su discípulo e imitador fue Isócrates, el gran orador ateniense del siglo IV. Su propensión al estilo grandilocuente, adornado de expresiones poéticas y de figuras retóricas, constituyó el primer ejemplo de prosa artística.

Relativismo





Escepticismo y Dogmatismo